“La fábrica de la violencia en el trabajo”: los orígenes del sufrimiento en el ámbito laboral

Insomnio, cavilaciones constantes, llanto, problemas de memoria y concentración... La lista de síntomas que expresan los trabajadores afectados durante las consultas es larga. Algunos también mencionan el ingreso en un centro psiquiátrico. Otros admiten haber considerado quitarse la vida. Hoy en día, «la sola idea de volver al trabajo les resulta insoportable», señala Daniel Sartor, psicólogo clínico y psicoanalista.
En La Fabrique de la violence au travail (La fábrica de la violencia en el trabajo) (L'Harmattan, 2024), el presidente de la asociación Souffrance au travail du Gard se propuso analizar los mecanismos que operan en las organizaciones y que explican el colapso psicológico de estos pacientes. A partir de un enfoque multidisciplinar y del trabajo de numerosos investigadores (economistas, psiquiatras, etc.), el libro examina la organización del trabajo contemporánea, buscando las causas de esta violencia que afecta la salud mental de muchos empleados. Al mismo tiempo, el ensayo examina los factores psicológicos de los trabajadores, que también son ricos en lecciones: ¿qué procesos internos pueden, según la situación, mantenerlos a flote o colapsar?
Capacidad de iniciativa limitadaEl libro recuerda, en primer lugar, los cambios estructurales claramente identificados que han afectado a las organizaciones desde la década de 1980. Impulsados por la financiarización de la economía, estos han intensificado el proceso de fragmentación de tareas introducido por el taylorismo, han multiplicado los procedimientos de control y han orquestado la gestión numérica.
Tantos cambios han limitado al mínimo la capacidad de iniciativa de los empleados y las oportunidades que se les ofrecen para adaptar el trabajo prescrito a la realidad. «El trabajo vivo, aquel que contribuye a la construcción y transformación del sujeto, haciéndolo así competente y experimentado (...) ya no existe», lamenta el Sr. Sartor. El nuevo trabajador es tratado inhumanamente, considerado intercambiable, desechable, sin identidad, sin identificación.
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